martes, 28 de junio de 2011

Soy una taza, una tetera...


Soy una taza, una tetera, una cuchara, un tenedor...
soy un cuchillo, un plato llano, un plato hondo y un cucharón!
(Os juro que me lo estoy tratando)

lunes, 27 de junio de 2011

Me gusta cuando callas...

Me gusta cuando callas, porque tampoco tocas los cojones.

domingo, 26 de junio de 2011

El tiempo

"Y es que lo bueno y lo malo del tiempo es que es lineal, que lo hecho, hecho está, que lo pasado, pasado está."

jueves, 23 de junio de 2011

Saludo entre conductores de autobús

Ésta no será la primera vez que nos hayamos parado a pensar en la fugacidad de la vida. Somos conscientes de que el tiempo vuela, y cuando nos detenemos un instante para mirar atrás no podemos creer que todo esté yendo tan deprisa.

"Parece que fue ayer cuando..." es el pan de cada día. Nuestras vidas son trayectos que vamos cumpliendo, y creer o no en el destino es cuestión de cada uno, pero a menudo los caminos se cruzan, por capricho del destino, la casualidad, o alguien que trazó una ruta de autobús.

A lo largo de la vida no dejas de conocer personas nuevas, parece que no se acaba la lista de afiliados al planeta Tierra, y es que lo bueno y lo malo que tiene el mundo es que está lleno de gente. La mayoría de esas personas tal y como aparecen... desaparecen de tu vista sin dejar rastro alguno y jamás volverás a verlas. En realidad tampoco te importa, no tienes nada que echar en falta, sólo ha sido un cruce esporádico, sois diferentes, desconocidos, no tiene sentido. Si te subes al coche no vas a interesarte por todo el que te encuentres en tu camino, es comprensible, es lógico.

Algunas veces es diferente. No soy capaz de decidirme entre si es casualidad o capricho del destino, pero puede darse el caso en el que ese cruce parezca programado, que sea transcendente, y siempre recordarás aquella vez, posiblemente pase mucho tiempo hasta que se repita, o quizás no, pero es un momento breve en comparación con la duración total de nuestras vidas en el que los caminos se cruzan, en el que todo encaja, pese a ir en la misma dirección pero en sentido opuesto. El lado positivo es que siempre puede quedar en el recuerdo ese saludo de cordialidad entre dos conductores de autobús de la misma línea que se encuentran en la búsqueda del mismo final.