Lo cambiaría por todo y por nada, y es que hasta dar palos de ciego tiene su punto.
miércoles, 11 de julio de 2012
lunes, 2 de julio de 2012
Diferente
Se me llena la boca al decirlo, pero es que me alegra tantísimo ser así...
Si pudiese me mudaría a otro mundo en el que la normalidad no estuviese tan sobrevalorada, ni la sociedad tan ofuscada. A menudo juzgamos a los demás sin mirar primero en nosotros mismos, pero me he dedicado a aprender de mis errores para no volver a caer en ellos. Estoy en el borde, con la posibilidad de no tener que mirar atrás jamás y desprenderme de mis mayores meteduras de pata, pero a un solo paso de pisar en falso. Toca paso firme y hacia el frente, aunque a menudo me cueste no mirar de reojo.
Me abruma la facilidad con la que cualquiera cambia de actitud ante las sucesiones de acontecimientos, la capacidad de la gente de juzgar y decidir en décimas de segundo, la inconsciencia crónica de los individuos que subsisten en La Tierra. Hay veces que preferiría formar parte del rebaño, pero para una vez que pisaré éste suelo, intentaré marcarlo con las huellas de mis manos.
Imaginad un recipiente cerrado en el que podéis meter granos de arena, donde cada cierto tiempo todo se irá a la mierda. Imaginad que a todos les parece divertido salir de fiesta, beber, fumar, conocer a gente, a alguien diferente, que por juventud o precocidad casi seguro acabará desapareciendo tal y como apareció.
Todo ese tiempo perdido con la puta arena.
Granos y granos, y más granos, y más noches de comebabas y putones verbeneros, porque nada es relevante, porque no me creo vuestros cuentos, porque éste pueblo asfixia y el ambiente huele a cerrado, porque afuera hay más vida, y más de lo mismo, y que bajen a buscarme que me cambio de planeta.
Todo ese tiempo perdido con la puta arena.
Granos y granos, y más granos, y más noches de comebabas y putones verbeneros, porque nada es relevante, porque no me creo vuestros cuentos, porque éste pueblo asfixia y el ambiente huele a cerrado, porque afuera hay más vida, y más de lo mismo, y que bajen a buscarme que me cambio de planeta.
No hay toxina que me vuelva inconsciente, a lo mejor algo más bocazas de lo normal, que a veces tampoco viene del todo mal. Que las verdades duelen, y que igual que yo no puse las normas tampoco se por qué hay que respetarlas, pero mi tiempo tiene un precio, y qué queréis que os diga... No pienso gastarlo en llenar de arena recipientes mal cerrados únicamente porque no os llega la sangre al cerebro. No es divertido perder el tiempo, nunca lo ha sido, y nunca lo será.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)