Hace un par de años, en apariencia, era el mismo. Nada más lejos de la realidad.
Desde hace algún tiempo decidí colocarme un escudo, por voluntad propia, una capa espesa de plomo que me cubría de pies a cabeza. Con el tiempo fui consciente de mi error, no era el material apropiado, una carga muy pesada pero a la vez blanda, muy blanda.
Era demasiado tarde, y en parte ya me veía como el resto. Aunque sólo fuese a ratos. Lo que tanto quise evitar me llegó como a cualquier otro.
Las cosas que iban a ser y no fueron, lo que ocurriría y nunca ocurrió. No se puede echar de menos lo que no has llegado a conocer, y a veces ésto incluso parece un buen trato.
No es fácil mirar atrás, no para a quien nunca sale nada bien. Resumiré todo en cierto título: "Imagina si no lo hubiera intentado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario