sábado, 27 de noviembre de 2010

Día de fotos


Hoy he dormido poco, me he levantado con ganas de obturar. Han sido más de 70 en menos de media hora, y prometo que serán muchas más a lo largo de la noche.

Estoy tirando la casa por la ventana, venga, prometo que mañana estarán subidas (al tuenti) y etiquetadas.
Ayer me corté el pelo.
Podría ser algo normal, si no fuese porque la última vez que me lo corté estaba nevando.
Y no, no es broma.
Tampoco me parezco a Justin Bieber, y pongo una foto de mi hermano porque paso de que solo lea esto una persona y casualmente si que me encuentre parecido con ese personaje.
Nunca hablar solo había sido tan patético.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Viernes



Con diferencia, el peor día de la semana.

Cuando ya te has convencido de que tienes una cantidad limitada de tiempo hasta que llegue el querido lunes, te encuentras con que ya es sábado. Y el sábado, no es tan bueno como lo pintan.
A mi me aburren los fines de semana. Y los días entre semana me matan, son un asco.
Puedes pasarte los cuatro primeros días de la semana pensando en el quinto... que da igual, para cuando asimilas que ya ha llegado, estás casi volviendo a casa para tener que madrugar al día siguiente.
A eso lo llaman rutina.
Todos en fila india hacia el precipicio. Y no intentes darle vueltas a las razones de todo, ya que entonces te dirán que te hagas un blog.
Creo que ya me acuerdo de como llegué a acabar en ésta pérdida de tiempo.

jueves, 25 de noviembre de 2010

La edad no es un campo calculado

Todos hemos nacido en un momento determinado, y como somos muy especiales, tenemos la manía de numerar cada instante de nuestra existencia sobre la faz de La Tierra.

La edad es una característica impuesta. Será todo lo útil que queramos para mil aplicaciones, pero la edad solo es un problema más que añadir a la lista. Cada uno somos diferentes al resto, pero éste detalle parece no importar, parece ser necesario clasificarnos, lo que no tenemos nunca en cuenta es que nos afecta, a nuestra vida diaria, a nuestra actitud ante la vida, lo que nos lleva a pasar crisis, la de los 30, la de los 40... la de los 60... no nos importa lo más mínimo ver a alguien que a sus 80 años se conserva mejor que dos de 50, eso solo es una anécdota.

Nos hemos convencido a nosotros mismos de que es necesario poner una cifra a nuestra estancia, y todavía no lo he llegado a asimilar... una vez cumples 18, ya puedes, legalmente, fumar, beber alcohol, sacarte el carnet y conducir un coche, ir a la cárcel, entrar a discotecas... hasta que dejes de tener edad para hacerlo.

Al cumplir los 18 deberíamos quedarnos ahí. No tiene ningún sentido ni utilidad diferenciar entre tener 52 o 56, 24 o 29, con la fecha de nacimiento ya haremos cuentas si para hacer algún cálculo pudiese ser útil. La edad nos ata, nos preocupa, nos recuerda lo rápida que transcurre la vida.

Deberíamos aprovecharlo, y aprovechar más cada momento, ya que alguien decidió que nuestra condena sería sumar de uno en uno, año a año, sin saber en que punto exacto dejaremos de subir. Estamos ante el único juego en el que jugemos o no, tarde o temprano, acabaremos perdiendo.