viernes, 16 de noviembre de 2012

Desconfiado

Porque como os imaginaréis, yo de pequeño ya era bastante raro.

Cuando todavía iba a los sitios de la mano, ya era un niño atípico. No molestaba, ni gritaba, ni lloraba sin una razón más o menos convincente. Pero también recuerdo manías que todavía conservo y conservaré en el futuro, como es decir que no por instinto a la primera vez que se me ofrece algo.

En las tiendas nunca quería nada, o al menos nunca quise nada si no se me insistía lo suficiente

Ahora, algunos años después, sigo teniendo la impresión de que demasiado a menudo salgo de los sitios sin llevarme nada conmigo mirando de reojo a lo que hubiese sido mío si me hubiesen preguntado de nuevo.

"¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?" Pablo Neruda

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