No es una buena noticia, no debería alegrar a nadie, pero soy consciente de que puedo ser irritante, insultante, entrometido, entre otros mil adjetivos negativos que podría aplicarme, pero lo que pretendo es un suicidio social por una buena causa.
El mundo no necesita a gente diferente, o mejor dicho, coexisten con la desgracia de ser idolatrados u odiados, en mi caso no soy nada más que uno más de tantos fuera del mundo de la normalidad, de la abundancia de lo mediocre, o al menos así lo he creído siempre. En los últimos meses he empezado a no estar de acuerdo conmigo mismo en éste aspecto, hasta llegar al punto en el que he decidido volver voluntariamente a ser como los demás.
Triste, aburrido, monótono, y mortalmente anodino. Así soy yo ahora, o lo intentaré, por el bien de mi triste futuro, y sin ninguna otra ambición ni sueño que no sea ser parte de la normalidad. No creo que el mundo se pierda a nadie conmigo, así que me permito el lujo de anunciar mi propia muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario