domingo, 6 de enero de 2013

Acto 22

El tiempo, que como la economía, se mueve en ciclos.

Una burrada tal provocaría suicidios llegando a ojos de quien sea capaz de analizarlo, por aquello de que el tiempo es lineal y bla bla bla, pero me explico: Nuestro comportamiento vital está predestinado a medirse en ciclos.

Nacemos atados al puñetero calendario y más aún a la probabilidad de que repitamos siguiendo la tendencia. Clima, por lo tanto ropa, por lo tanto compras, por lo tanto dinero, por lo tanto todo. Dicho así es una gilipollez escrita por alguien con insomnio y nada más, pero -seamos francos-, os está saliendo gratis.

Ni tú eres tan irresistible ni yo tan gilipollas, ni caeré dos veces en un mismo anzuelo sea del continente que fuere. Es estúpido esperar de mi algo así, porque llevo toda la vida haciendo lo mismo y no habrá fuego que me queme dos veces aunque signifique que uno a uno me quemen todos los del mundo. Os dejo las piedras para los mortales, porque yo hace ya tiempo que me he aburrido de todo y acostumbrado a mi puñetera soledad y sus escalofríos, sus noches melancólicas y sus ratos muertos. Pendiente de uno u otro aparato, de un parpadeo, un tintineo o a saber qué tipo de señal acústica o visual.

Me agobian las similitudes. Porque tuve la suerte o desgracia de no haber nacido tonto y sobre todo una terrible fobia eterna a ser tomado como tal. Al ridículo. Un tropiezo de vez en cuando pase, pero la lección se aprende para siempre, no porque vaya a haber próxima vez, sino para cerciorarse de que no debería haberla. ¿Rechazo? Eso es para los que tientan a la suerte.

Atarlo todo, no tener cabos sueltos, una utopía más grande que el comunismo verdadero. Que ciertamente resta originalidad a la vida, pero si algo he aprendido es que toda improvisación, si puedo dejarla al azar, me joderá todo lo que pueda. Y de eso ya no hace falta más.

Me duele ver que la sociedad se ha degradado, aunque me preocupa más pensar en la capa de hipocresía que puede cubrir ésta y otras épocas. Ya no son falta de valores, son la invalidez de las promesas, la dificultad para cumplir todo lo que no esté ante notario (y a veces ni aun así). ¿Nos hemos vuelto todos locos? Nunca he vivido en otros tiempos, pero ya nadie tiene palabra y estoy seguro de que ésto no ha podido ser siempre así

Creedme, hace ya algún tiempo que perdí la fe en el ser humano y no espero recuperarla, sólo os digo que me gustaría que vuestras decepciones no sean mayores que vuestras alegrías, para poder vivir sin la carga de pensar que os rodea un mundo lleno de mierda, falsedad y mentira que se pudre por todas partes. Que está en vuestras familias y amigos, vecinos y conocidos, que está en vosotros.

Mirad a vuestro alrededor y pensad en cuánto os quedaría si fueseis totalmente sinceros. Del todo.

Para sobrevivir hay que manipular, mentir y exagerar. Dos mentiras piadosas y un maquillaje de la realidad, y estás dentro de un círculo que acabará con tu final. Es la puta -que también pura- realidad, que no os come y no por falta de información, porque el mundo sabe más de vuestro alrededor que vosotros mismos. Y yo he sido el mayor de los ignorantes.

Desde mi humilde camerino me despido, que en unas horas se abrirá el telón. El mundo estará ahí esperando con una sonrisa a todo el que tenga dinero para pagarlo y tocará salir a escena. Hace algún tiempo dije que me gustaba el juego, pero algunos ya sabéis que me he cansado.

No dejéis que os digan la verdad, que no os pase lo mismo.
"La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía." 
Proverbio Árabe

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