domingo, 13 de mayo de 2012

Teatral

El mago nunca revela su truco, porque lo que parece ser no lo es, y porque el mayor secreto está ante tus narices mientras te entretienes preguntándote qué habrá tras ese velo.

La vida es de todo menos simple. Simples son las gentes, hacen que la complejidad no sea nada por el poco rango que son capaces de vislumbrar, la lejanía es oscuridad, les mueve la suerte, y lo peor es que no lo saben.

A veces es increíble lo bien que van las cosas a quienes viven inconscientemente, y lo difícil que es animar a éstos cuando la suerte los descuida un instante. Probablemente se veía venir de muy lejos, pero suele ser complicado ver mirando al suelo.

Es una función con un ambiente dantesco, la realidad pura y dura, en la que nadie es nadie, donde todos tenemos un pie en el otro barrio, somos frágiles y estúpidos, pero solemos creernos invencibles. Humanidad en su estado natural, por encima del resto por costumbre y no por méritos, en el que dirigen incompetentes y auténticos inútiles son idolatrados.

Eso es nuestro mundo, no nos engañemos.

¿Para qué complicarse una vida ya de por si compleja? No seré yo el que me ate de pies y manos, si tienen que venir las mordazas, que se acerquen a ponérmelas, que creerse una mentira es muy fácil si quieres hacerlo, y me ha quedado claro que yo no quiero.

Es momento de improvisar, ser inconsciente a ratos, de creerse cuentos baratos, que ya me duele el pelo de pensar.

"I wish that I could turn back time just to have one more chance to be the man I need to be"

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